domingo, 25 de marzo de 2007

UN MUNDO INTRATERRESTRE


En las faldas septentrionales de la Cordillera del Cóndor, en Ecuador, se encuentra a una altitud aproximada de 800 metros la entrada a LA CUEVA DE LOS TAYOS. (Se denomina “de los Tayos” debido a que en su interior viven unas aves nocturnas llamadas Tayos). A través de un foso vertical de más de 60 metros de profundidad, con una boca de dos metros de diámetro, se puede ingresar al interior de este impresionante sistema subterráneo. El descenso debe realizarse con una cuerda y una polea.Una vez en su interior nos encontramos con un verdadero laberinto subterráneo, en el cual ni la más potente linterna nos sería útil ante semejantes dimensiones, se dice que hasta una catedral entera podría caber allí.

En 1976 con el objetivo de verificar que esas cuevas habían sido habitadas anteriormente se realizó una expedición en la que tomaría parte el mismísimo Neil Amstrong. En el informe final de la expedición que duró 35 días se dictaminó que las cuevas no tenían origen artificial y que habían sido la propia naturaleza la encargada de crear tan fascinante mundo subterráneo. Siendo esta una conclusión desconcertante debido a que en dichas cuevas se hallaban claros dinteles y bloques de piedra muy similares a otros que la misma expedición había hallado cerca de la unión del río Coangos con el Santiago.Los hallazgos fueron de lo más variado, desde estructuras elaboradas en piedra hasta restos cerámicos y de concha.En una anterior expedición en 1968, se habían hallado una láminas metálicas de complejos ideogramas que supuestamente contenían la historia de la humanidad, las cuales estaban ubicadas en una gran biblioteca.Pero este hecho fue tachado de fraude, ya que más tarde se descubriría que eran un falsificación.

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