viernes, 14 de marzo de 2008

LA SANTA COMPAÑA

Como bien sabéis, Galicia es una tierra llena de supersticiones, que van desde las meigas, el mal de ojo, las hadas, los fantasmas, hasta un sinfín de creencias y mitos que han llegado hasta hoy, gracias a la transmisión oral de padres a hijos. Todas estas creencias, convierten a Galicia en un lugar mágico y lleno de misterios.




Una de las muchas creencias que destacan en la mitología popular gallega es La Santa Compaña. La Santa Compaña, también conocida como “La Güestia”, es una procesión de muertos o ánimas en pena, que por la noche recorren los caminos de algún pueblo. Las intenciones con las que realizan dicho recorrido son muy variadas, siendo las más conocidas las siguientes:

  • Para reclamar el alma de alguna persona que morirá pronto. (Se dice que aquel que vea La Santa Compaña, morirá en el plazo de un año)

  • Para reprochar a los vivos algunos pecados que han cometido. (Si el pecado es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la visita de la Compaña para que la encabece, condenado así a vagar hasta que otro mortal le reemplace.)

  • Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.

  • Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.

  • Para pedir misas por su salvación a los familiares vivos.



Aunque el aspecto de la Santa Compaña varía según la tradición de diferentes zonas, la más extendida es la formada por una comitiva de almas en pena, vestidos con túnicas negras con capucha, que vagan durante la noche. Esta procesión está formada por dos hileras, que van con los pies descalzos, llevando velas encendidas y dejando a su paso un olor a cera.

Generalmente la procesión va encabezada por un mortal (hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de su parroquia es un Santo o una Santa), que lleva una cruz y un caldero de agua bendita, al que le siguen las ánimas con velas encendidas. Dicho mortal, no recordará durante el día, lo sucedido en el transcurso de la noche, reconociéndose aquellas personas penadas con este castigo, por su delgadez y palidez, pues no se les permite descansar ninguna noche, hasta que mueran u otro sea sorprendio, al cual el que encabeza la procesión le deberá pasar la cruz que porta.




Pero a pesar de existir testigos que dicen haber visto dicha procesión,
no todos los mortales tienen el privilegio de poder verla, pues Elisardo Becoña Iglesias en su obra "La Santa Compaña, El Urco y Los Muertos" explica que según la tradición, tan sólo ciertos "dotados" poseen la facultad de verla: los niños a los que el sacerdote, por error, bautiza usando el óleo de los difuntos, poseerán, ya de adultos, la facultad de ver la aparición. Otros, no menos creyentes en la leyenda, habrán de conformarse con sentirla o intuirla.

Afortunadamente para todos aquellas que la vean, la cultura popular nos ha transmitido una serie de estrategias que nos libran de dicha condena, en caso de encontrarno frente a frente con La Santa Compaña. Y aquí os dejo las más populares:

  • Apartarse de su camino, no mirarles, y hacer como que no se les ve.

  • Acompañarse de un gato negro para arrojarlo a la procesión y huir (recordemos que el gato negro es un animal muy simbólico en muchas culturas)

  • Trazar el Círculo de Salomón en el suelo y meterse dentro hasta que La Santa Compaña haya desaparecido.

  • Hacer determinados gestos mágicos como "la figa o higa" o "los cuernos".

  • Rezar y no escuchar su voz.

  • Llevar encima escapularios, objetos sagrados, ajos o castañas de indias.

  • En último caso uno puede tirarse al suelo boca abajo y esperar que La Santa Compaña no le pase por encima.