EL POZO DEL CÁLIZ

Uno de los lugares sagrados más importantes de Inglaterra es la ciudad de Glastonbury, situada al norte, y a unas dos horas y media en coche de Londres, es considerada por algunos como la antigua Isla de Avalon.



En la Edad Media, la Abadía de esta ciudad, fue uno de los lugares de peregrinaje más importante de Europa, siendo considerado actualmente, como el posible lugar de enterramiento del Rey Arturo y la Reina Ginebra.




Otro lugar emblemático de la ciudad, es la Fuente de la Sangre o Pozo del Cáliz, el cual es conocido por la leyenda en la que se nos cuenta como José de Arimatea (tío de Jesús), viajó de Palestina hasta Inglaterra portando con él, el Santo Grial, vaso utilizado por Jesús en la Última Cena, y que José de Arimatea utilizó para recoger la sangre de Jesucristo en la Cruz. Según la documentación histórica de Glastonbyry, una vez llegado a Gastonbury, José derramaría la sangre del Sagrado Cáliz en dicho pozo,(otras leyendas comentan que solo escondió el Cáliz en el pozo) hecho que convertiría sus aguas en milagrosas. Por ello, mucha gente atribuye su color rojizo al hecho de que José derramara allí la sangre de Jesús, aunque otros atribuyen ese color rojizo al elevado contenido de hierro que tiene.



La tapa de la fuente del manantial, tiene un símbolo sagrado representado por dos circunferencias unidas, cuya intersección es atravesada por una línea recta simbolizando así la Vessica Piscis, el símbolo de las Almas Gemelas. Esta imagen fue diseñada por el arqueólogo Frederick Bling Bond, el cual se basó en la geometría sagrada para su realización.



El agua que fluye constantemente del manantial está siempre a una temperatura de 11 grados, independientemente de la época del año que sea. Y aquellos que quieran beber esta agua tan mágica, a la que se le atribuían poderes medicinales, lo pueden hacer desde una fuente llamada la Cabeza de León, cuya agua va a dar a un jardín, el Jardín del Rey Arturo, donde había una piscina en la cual se bañaban los peregrinos. De ella, solo queda ahora un pequeño estanque en el que sólo se pueden meter los pies.

Como hemos visto anteriormente los pozos no solo han servido al hombre para el abastecimiento de agua, sino que han tenido a lo largo de muchos años difentes funciones, mientras a unos se les ha atribuído el poder de concedernos deseos , como la famosa Fontana de Trevi en Roma, o curarnos de enfermedades, otros han sido lugar de reunión de los enamorados, como bien nos muestra Leodegundia en su Leyenda toledana, e incluso otros nos remontan a la antigua Roma, como nos relata Hanano en su Diario de una historiadora.